viernes, 15 de abril de 2011

Maldigo a Coco por enseñarme a contar

Cuento las olas que necesito para recordarte.
Una, dos, tres…
La arena se me pega a los pies y a las manos
Saladas de ti, encallecidas de tu recuerdo.
Cuatro, cinco, diez…
A esta costa arriba el barco que trae
Todas las postales que no escribimos
En aquellos viajes que nunca hicimos.
Once, doce, treinta y tres…
Recojo la concha del nautilus
En la que grabé con un punzón
Los sueños que perdimos,
Empeñados en madrugar para vivir
La realidad que con sus sibilinas garras
Ahoga al dragón de la espontaneidad.
Treinta y cuatro, treinta y ocho, setenta y cuatro…
Sube la marea hasta empaparme los pantalones
Verdes que siempre odiaste.
Asoma arrogante un hilo del dobladillo,
Que ahora que recuerdo tú remendaste,
Olvidando que no quiero recordarte.
Noventa y una, noventa y dos, ciento noventa y siete...
Maldigo a Coco por enseñarme a contar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario