viernes, 24 de septiembre de 2010

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Nocturno - Rubén Darío

Los que os ocultéis

en el corazón de la noche,

los que por el insomnio tenaz

habéis oído cerrar una puerta,

el resonar de un coche lejano,

en el eco vago, un ligero ruido.


En los instantes del silencio

mentiroso, cuando surgen

de su prisión los olvidos,

en la hora de los muertos

en la hora del reposo

sabréis leer estos versos

de amargor impregnados.


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