
Si no temo perder lo que poseo,
Ni deseo tener lo que no gozo,
Poco de la Fortuna en mí el destrozo
Valdrá, cuando me elija actor o reo,
Si no es el mal ajeno mi recreo.
Ni el bien mundano causa de mi alborozo,
Venir podrá la muerte sin rebozo,
Que no he de huirla, si ante mi la veo.
Y tú, a salvo tambien de las cadenas
Con que el siglo cautiva corazones,
Mantete, Diego, libre de pasiones,
Y lejos de goces y las penas,
Vieve Alatriste solo, si puedieres,
Pues sólo para ti, si mueres, mueres.
Atribuido a Don Francisco de Quevedo
Las aventuras del capitán Alatriste: El oro del Rey - Arturo Pérez-Reverte
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